El vitiligo está lejos de ser una enfermedad desconocida o poco habitual: más del 1% de la población mundial posee algún tipo de vitiligo. La prevalencia en algunas naciones puede alcanzar hasta un 4%. Sin embargo, sí es cierto que se posee poca información sobre ella.
No produce problemas adversos para la salud, aunque algunos casos pueden presentar picor, irritación, inflamación y/o enrojecimiento.
El mayor conflicto que produce esta enfermedad es a nivel estético: el contraste de la piel sin pigmento con la piel natural puede resultar chocante y repercutir en la estima propia. Cuando los parches blancos se presentan en áreas visibles como el rostro puede conducir a lo que se conoce con el nombre de ‘desfiguración‘.
¿Qué podemos hacer para mejorar esta situación? Los tratamientos son realmente muy variados, muchos de ellos alcanzan niveles de repigmentación muy altos como la terapia UVB de banda angosta.
Otros tratamientos disponibles son corticoides, medicamentos como Novitil, láser excimer, despigmentación (monobenzona) en los casos de vitiligo muy avanzado, cosmetología, inmunosupresores, PUVA, KUVA, etc.
Desde la medicina alternativa también se puede iniciar múltiples tratamientos naturales. Estos tratamientos no siempre cuentan con los estudios científicos suficientes como para que los avalen, pero no por ello, dejan de ser una esperanza para las personas que poseen la enfermedad de las manchas blancas despigmentadas.
